La rebeldía es legitimada por la sociedad, ya que se la asocia a ensayo de roles, a potencia física y/o a belleza. En cambio, los más excluidos del espectro social que no acceden a salud, educación y trabajo son estigmatizados, y sus comportamientos son visualizados como delictivos y como amenaza al orden social.
Los medios masivos de comunicación difunden el modo de vivir de las diferentes capas sociales, los diferentes ídolos y modas, y las múltiples oportunidades que ofrece el mercado a los que tienen posibilidades de adquirir. La imagen de los contrastes genera malestar y violencia en muchas ocasiones.
En este contexto, la brecha generacional se va diluyendo. Dice Darío M. Lagos: «Cuando la impotencia y el temor al futuro inundan la subjetividad del hombre la transmisión de posibilidades y prohibiciones se debilitan. La transmisión de ideales, emblemas, significaciones y sentidos es difícil cuando la familia esta en crisis, crisis sobre sí mismos, su lugar en el mundo, sobre la posibilidad de hacerse cargo de las funciones de protección material, de la transmisión de valores y modelos que ya no son reconocidos por la sociedad y la cultura, y en donde ya no se sienten reconocidos».
La falta de trabajo del padre o del que cumple ese rol y la pérdida del lugar de proveedor en la familia se acompaña de la pérdida del valor de la palabra, de crisis en la familia y de crisis en el y la adolescente. Esto genera un malestar que los miembros de la familia expresarán de diferente manera: ansiedad, depresión, somatizaciones, violencia, desesperanza. Si el o la adolescente siente que la incertidumbre con respecto al futuro lo paraliza no podrá desarrollarse adecuadamente. Hay que aclarar que los lazos familiares y las redes de apoyo social pueden ejercer una fuerte influencia para hallar nuevas estrategias de supervivencia y de desarrollo emocional y social.
By: Maria Ramírez
Me resolviste varias dudas sobre los problemas de los adolescentes, gracias
ResponderEliminar